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Retenedores en Ortodoncia: ¿De por vida o por un ratito?

  • Carlos Humberto Alayola Cáceres
  • 29 jun
  • 4 Min. de lectura
Retenedor fijo.
Retenedor fijo.

Cuando terminas un tratamiento de ortodoncia, ya sea con brackets o alineadores, es normal pensar que lo difícil ya pasó. Y en parte sí... pero todavía queda un pasito más que no podemos ignorar: los retenedores. Sí, esas plaquitas transparentes o esos alambritos que se quedan en tus dientes para mantener todo en su lugar. ¿Son importantes? Muchísimo. ¿Hay que usarlos toda la vida? Bueno… ahí te va la respuesta con peras y manzanas.

¿Qué tipos de retenedores existen?


Primero lo primero. Hay dos tipos de retenedores:

  1. Removibles: Son esas placas hechas de acetato transparente que cubren los dientes por completo, tipo funda. Te los puedes quitar y poner, lo cual suena cómodo, pero también depende de tu constancia.

  2. Fijos: Son barras delgadas de alambre especial que se colocan en la parte de atrás de los dientes anteriores (los de enfrente) y van pegadas con una resina dental. No los puedes quitar tú mismo, lo cual tiene sus ventajas, ya verás.

Ambos tipos son buenos. Pero si nos basamos en la evidencia científica, los retenedores fijos a largo plazo tienden a funcionar mejor. Esto no significa que los removibles sean inútiles, solo que el éxito depende mucho de que el paciente los use como debe.


¿Y cuánto tiempo tengo que usar los retenedores?


¡Ah, la pregunta del millón! Esta es la duda que todos tenemos cuando salimos del consultorio con los dientes derechitos. Vamos por partes, porque la respuesta depende de tu edad.


En adultos

Si ya pasaste la adolescencia y terminaste tu tratamiento siendo adulto, el uso mínimo de retenedores debe ser de un año. ¿Por qué? Porque después de mover los dientes, las estructuras que los rodean –como el hueso, el ligamento periodontal y la encía– necesitan tiempo para adaptarse a la nueva posición. Ese proceso de "acomodamiento" toma alrededor de 12 meses.

Pero, ojo: ese es el mínimo recomendado, no significa que a los 12 meses ya te puedes olvidar del retenedor y salir corriendo.


En adolescentes

Aquí el asunto cambia. Si terminaste tu tratamiento ortodóntico siendo adolescente, los retenedores deben usarse hasta alcanzar la edad adulta, o sea hasta los 18 años aproximadamente. ¿Por qué tanto tiempo? Porque el cuerpo aún está en desarrollo. Y sí, la cara también crece, y con eso los dientes pueden moverse de nuevo aunque ya estén bien alineados.

En otras palabras, aunque ya tengas tu sonrisa perfecta, el cuerpo no ha terminado de cambiar. Así que hay que mantener esos resultados hasta que el crecimiento se estabilice.


¿Y después de ese tiempo, los puedo dejar?


Aquí es donde viene lo interesante. Técnicamente, después del año en adultos, o después de los 18 años en adolescentes, podrías dejar de usar los retenedores. Pero si lo que quieres es mantener tu sonrisa intacta por mucho tiempo… lo mejor es seguir usándolos.

La realidad es que los dientes se mueven naturalmente a lo largo de la vida, aunque no tengas ortodoncia. Es parte del envejecimiento. Así como se te pueden salir canas o cambia tu piel, también tu mordida puede cambiar. Y si ya pasaste por todo un tratamiento para alinear tus dientes, no quieres que ese esfuerzo se pierda, ¿verdad?


Entonces… ¿de por vida?


La verdad es que sí, lo ideal sería usarlos de por vida. Suena drástico, pero no lo es tanto si lo ves desde una perspectiva práctica. Piensa en esto: los retenedores fijos están ahí y ni los notas. Solo hay que mantener buena higiene y revisar que sigan en buen estado en tus citas de control. Y los removibles, si son cómodos y no molestan, puedes usarlos solo de noche.

No se trata de vivir esclavizado por un aparato, sino de mantener los resultados que con tanto esfuerzo conseguiste.


¿Qué pasa si no los uso?


Spoiler: los dientes se mueven. No es cuestión de suerte ni de “a mí no me pasó”. Es un hecho. Hay personas que años después del tratamiento regresan al consultorio porque los dientes se les volvieron a apiñar o se abrió un espacio.

Y no es culpa del ortodoncista ni del tratamiento: simplemente es que los dientes no se quedan quietos para siempre.


Además, hay que tomar en cuenta otros factores que pueden influir en ese movimiento, como:

  • El crecimiento natural de la mandíbula o el maxilar.

  • Hábitos como apretar o rechinar los dientes.

  • Pérdida de alguna pieza dental.

  • Problemas periodontales (de las encías y el hueso).

Así que, si te saltas la fase de retención, podrías echar a perder todo el trabajo previo.


¿Cuál es mejor: retenedor fijo o removible?


Buena pregunta. Y aunque depende del caso, la evidencia dice que los retenedores fijos dan mejores resultados a largo plazo. ¿Por qué? Porque no dependen de la voluntad del paciente. Una vez que están colocados, hacen su trabajo 24/7.

Sin embargo, los removibles tienen la ventaja de que permiten una mejor limpieza de los dientes, y pueden ser una excelente opción si el paciente es constante.

En muchos casos, se usa una combinación: fijo en los dientes de abajo (que son los más propensos a moverse) y removible para los de arriba. Así se tiene lo mejor de ambos mundos.


¿Y si se me pierde el retenedor?


Si es removible y se te pierde, ¡corre al ortodoncista! No dejes pasar mucho tiempo porque en días los dientes pueden empezar a moverse. Y si ya se movieron, quizá haya que hacer una corrección.

Si es fijo y se despega, también es importante repararlo cuanto antes. Aunque el resto del alambre siga en su lugar, ese punto débil puede provocar que un diente se desplace.


En resumen…


Usar retenedores después de la ortodoncia no es opcional, es parte fundamental del tratamiento. Así como no dejas una receta médica a medias, tampoco deberías descuidar esta fase si quieres que tu sonrisa siga igual de bonita con el paso de los años.

Y aunque la idea de usar retenedores "para siempre" puede sonar exagerada, la realidad es que es una manera sencilla y efectiva de conservar lo que ya lograste. Un retenedor fijo ni lo notas. Un removible se puede usar solo por las noches. ¡No es tan grave!

Así que ya lo sabes: si quieres que tu sonrisa sea eterna, tus retenedores deben serlo también.


-Dr. Carlos H. Alayola Cáceres


 
 
 

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